Después de ser la gran figura en el debut copero del Millo, se conoció que Piscu no podrá jugar el lunes contra Independiente ya que la AFA volvió a sancionarlo provisionalmente al no hacer su descargo al viaje a Venezuela y el jugador desequilibrante - tal como lo define Pablo Nostradamus en la crónica del partido posteada parcialmente abajo - hasta corre riesgo en su participación en el próximo Superclásico.
Nada es casualidad en la AFA de Angelici
Nada es casualidad en la AFA de Angelici
Y llegó el inicio de la Copa Libertadores 2016 para River Plate. El debut del Campeón de América y defensor del título continental tuvo como destino a la ciudad de Valera, una pequeña comunidad en el Estado de Trujillo, Venezuela. Allí lo esperó este cuadro de casaca amarilla con escaso antecedente en competencias internacionales, un club con nombre de barrio y con la fuerza de su gente, desconocido para muchos en el resto de Sudamérica: Trujillanos Fútbol Club.
Tras un viaje extenuante y dividido en etapas el plantel de River llegó al Estadio José Alberto Pérez con las precauciones que demandaba la situación de los transportes en dicho pais, luego de lo sucedido en la cuasi tragedia con el plantel de Huracán.
Ayer con una multitud en las tribunas del estadio fue recibido con mucha efusividad y gran apoyo el cuadro local para enfrentar a River Plate, quizás motivados por el desafio de jugar con el mejor equipo de América. No menos de 25.000 espectadores fueron testigos presenciales de este encuentro. Un Millo que llegaba con una formación remendada y tras algunos traspiés decepcionantes en el Campeonato de Primera División.
La victoria Millonaria no fue fácil ni sencilla más allá de la chapa de un 4-0 que al final pareció lapidario y categórico sobre un rival de menor condición futbolística y falta de nivel en general. Es cierto, Trujillanos no fue adversario de igual jerarquia para este River, sin embargo se debió esperar en el segundo tiempo a la genialidad de Pisculichi.
Por otra parte el estado del campo de juego lleno de pozos e irregularidades por un lado y un césped que no era bueno para la circulación del balón por el otro impidieron ambos el desarrollo prolijo del match
Fue la noche donde – al igual que en los partidos de verano frente a los del Riachuelo – todos vimos quién fue el mejor: Leonardo Pisculichi con su calidad para distribuir juego, sus asistencias y su arma letal –los tiros libres – fue quien ganó el partido y se convirtió en la figura excluyente de la noche.