por Daniel Kiper
Son el lugar donde crecimos, soñamos y encontramos amigos. Son espacios de inclusión, educación y desarrollo, construidos con el esfuerzo de generaciones que jamás buscaron ganancias, sino valores como la solidaridad y el altruismo.
Hoy, las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) quieren cambiar eso.
Bajo la excusa de “mejorar” los clubes, especuladores planean apropiarse de terrenos, estadios y recursos que nos pertenecen a los socios, destruyendo todo lo que los hace únicos.
¿Te imaginás pagar una fortuna solo para jugar al fútbol o hacer deporte?
Dicen que “es por el bien de los clubes”.
Creés que van a invertir en nuestros pibes, en las actividades sociales y en el deporte recreativo No lo harán.
Si se imponen las SAD, olvidate del club que conocés.
El deporte será un negocio, los niños clientes, y nuestra identidad una herramienta de marketing.
¿Qué quedará de esos lugares que unen comunidades y cambian vidas?
Por eso decimos fuerte y claro:
¡Los clubes NO son anónimos, SON DE LOS SOCIOS!
Sumate a nuestra lucha para proteger lo que construimos juntos y asegurar un futuro donde los clubes sigan siendo espacios para todos, no empresas para pocos.

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