Que el fútbol venga después
por Facundo Adamoli
La Copa Libertadores es así. Sangre, sudor y lágrimas. Es un torneo difícil porque antes que el fútbol vienen otros factores que parecerían ser más importantes: el clima, la localía, el entorno, lo psicológico, el orden táctico…Marcelo Gallardo preparó un equipo para sortear esas variables. El fútbol vino después.
En un partido sufrido pero que por momentos La Banda supo controlar, River se llevó un 0 a 0 ante Tigres de Monterrey por la primera final de la Copa Libertadores.
Hay una escuela que sostiene que los partidos de Copa se juegan así. Donde hay que priorizar el ímpetu por sobre la técnica, la fuerza por sobre la calidad. River, una vez más, volvió a ser puro carácter.
River fue Maidana y Maidana fue River. Si bien en toda Copa Libertadores la cuota de suerte también tiene que aparecer en jugadas providenciales donde la pelota se niega a entrar, también el Millonario supo mantener a Tigres lejos de su arco. Maidana fue más que una muralla. Redujo al Gran Gignac en los 90 minutos y fue la bandera de la solidez en defensa.
¿En ataque? Poco y nada. La pelota pudo haber entrado, de la misma forma que Tigres también pudo haber convertido. La fortuna decidió que el partido terminara en ¨tablas¨.
El desgaste de River fue altísimo porque luchó contra el calor, las horas de vuelo y los millones de euros que gastó Tigres en sus figuras.
Los de Ñunez resistieron el golpe pero ¿a qué precio? Mora y Viudez salieron con síntomas de desgarro. Ponzio salió exhausto y Sánchez pareció jugar en una pierna hasta el final. Mercado quedó afuera de la vuelta.
El árbitro Arias, de muy flojo partido, también fue responsable de sobrecargar al equipo. Su condecendencia con el público local fue alevosa. Arias se consagró como el mejor defensor de Tigres al marcar sistemática y escandalósamente faltas en ataque a Alario y Mora.
Es verdad que hoy River puede amanecer diezmado de cara al partido final. Es verdad que las principales figuras de este River Copero se pierdan los últimos 90.
Pero el resultado es promisorio e invita a soñar. Tigres es un gran equipo que se encontrará con un Monumental hecho un verdadero infierno. Los intérpretes no interesan de eso se encargará Napoleón: La Copa está demasiado cerca como para dejarla escapar.