El debate deja afuera al deporte
Claudio Mauri en La Nación
Como a todos los votantes les interesa tener un
trabajo que les permita llegar a fin de mes sin zozobras, los candidatos
a presidente exponen sobre economía. Como a todos les preocupa que sus
hijos vayan a escuelas dignas con maestros capacitados, se explayan
sobre educación. Como a todos les preocupa ser víctimas de delitos o de
la corrupción, abordan la seguridad y justicia.
¿Y por qué si una amplia
mayoría de ese todo tiene inclinación por el deporte, desde el base y
social hasta el profesionalizado, ningún presidenciable se ocupa de un
tema que hace a la composición de una sociedad?
En la agenda del
debate realizado el domingo entre los candidatos a la presidencia estuvo
ausente el deporte. Nada novedoso. El deporte, si es que integra
alguna plataforma, está muy relegado. Quizá haya estudios que demuestren
que no ayuda a atraer votantes. Es cierto que el deporte está
subvaluado a nivel estatal desde el momento en que no tiene rango
ministerial. Sólo se le destina una secretaría.
El
estímulo al deporte de base, social e infantil, ayuda a combatir dos
grandes plagas contemporáneas: el sedentarismo y la drogadicción. Es una
función indelegable del Estado. El deporte de rendimiento, el olímpico,
también requiere de un programa oficial. Yendo al otro extremo, al
deporte profesionalizado, el fútbol está instalado como espectáculo y
negocio. Mucho se politizó el fútbol en los últimos años.
¿No tienen
nada que decir los presidenciables sobre este maridaje del que el
aficionado común no sale beneficiado? Porque las barras bravas tienen un
pie en los clubes y otro en los partidos políticos. Son fuerzas de
choque para las más variadas operaciones. ¿No hace falta un
pronunciamiento de los candidatos sobre cómo piensan extirpar este
tumor? ¿Fútbol para Todos puede seguir siendo viable con esta fórmula de
más de 1400 millones de pesos por año que salen del erario público que
alimenta el contribuyente?
El fútbol funciona en muchos casos como
un apéndice de la política. Boca conecta a Angelici con Macri, mientras
que el kirchnerismo tiene su candidato con Santamaría para las
elecciones de diciembre. Blanco, en Racing, tiene sintonía con el
oficialismo gobernante, y Moyano, en Independiente, se distancia porque
ya no comparte los mismos intereses.
Antes
de la caída del Muro de Berlín, el régimen comunista tomaba el deporte
como instrumento de propaganda. Los atletas servían al sistema. Jean
Echenoz, en su libro Correr, novela el uso que la dictadura
checoslovaca hizo de Emil Zatopek, la "Locomotora humana", tricampeón
olímpico en pruebas de fondo. Un sistema opresivo que a los deportistas
les quitaba libertad y muchas veces los sometía a aberrantes prácticas
de doping.
En vísperas de las elecciones argentinas, el deporte no tuvo voz ni voto desde el atril.